Textos

Noviembre, 2013.

Bitácora:
Residencia y presentaciones escénicas.


Cuando llegué a CACIS (Centro de Artes y Sustentabilidad) venía de un curso de formación intensiva en técnica e improvisación que también realicé en Catalunya durante 10 días. Dicho curso intensivo lo realicé con un grupo de alrededor de 30 personas, así que la llegada a CACIS constituyó para mi pasar de trabajar de a muchos a trabajar sólo de a uno, al mismo tiempo que implicó el pasar a trabajar bajo la propuesta de un docente de trayectoria (Julyen Hamilton), a pasar a trabajar por cuenta propia.

Fue un poco intimidante al principio, así que empecé a hacerme listas con tareas a realizar. La primera tarea fue dar un paseo por el lugar, que dicho sea de paso maravilloso lugar, montañas, canteras, piedras, hierbas y por sobre todas las cosas: amplitud y silencio. Cuando realicé mi primer paseo ya no acompañada por los anfitriones, sino mi primer paseo sola y con mi cámara de fotos, descubrí un lugar muy especial, dónde me sentía muy cómoda. Era un espacio detrás de la casa, en un bosque, donde un artista indio (también residente) realizó una instalación simplemente maravillosa. La cual contuvo el inicio de mi trabajo y me inspiró para la creación de mi producto final creado en la residencia.

Mis listas al pasar de los días iban cambiando. Incluían tareas, horarios, skypes con Montevideo y hasta paseos. Eran como una conversación conmigo misma. Había algo que nunca cambiaba en las mañanas siempre habían tres horas de trabajo ininterrumpidos. Pero la verdad que más allá de lo pautado en descanso o en trabajo, siempre estaba trabajando. Cuando comía pensaba en lo que había sucedido en el estudio esa mañana. Muchas veces de tanto conversar conmigo misma me atomizaba, entonces decidía dar paseo espontáneos, salía un poco a recorrer la naturaleza. Eso me despejaba y me permitía volver al trabajo renovada. Fue también muy importante la companía de los perros locatarios esos días, fueron grandes compañeros.

Los anfitriones fueron geniales en eso de estar y no estar. El trabajo en soledad fue una experiencia novedosa, la cual siento me ha fortalecido como artista. Investigar, trabajar y crear fuera de mi medio habitual y en soledad me hizo encontrar algunos elementos propios, míos, que me ofrecieron elementos para ganar en seguridad y en proyección.

Mi residencia en CACIS finalizó con una muestra de mi trabajo de creación. Es que si bien llevaba tiempo trabajando en técnica e improvisación fue en CACIS que decidí trabajar una forma de presentar mi investigación escénicamente. Por lo que mi trabajo en esos días consistió en crear una partitura lo suficientemente abierta para que la improvisación suceda y lo suficientemente cerrada para que salgan a  la luz, para que se evidencien los elementos estudiados.  Es así que construí una partitura. Que incluyó además del movimiento, la escritura de algunas frases en escena. Y si fue muy fácil gracias a la residencia, de obtener elementos cuando lo necesitaba. Es así que rápidamente me consiguieron materiales cuando los solicite, tipo paleógrafos, marcadores, cámara de video.  Esta última fue muy importante en el proceso de creación. Dado al trabajo en solitario, la de registrar y mirar videos fue una herramienta fundamental.

Cuando realicé la presentación, si bien fueron pocas personas a la función, estuvo muy cálida su recepción de la propuesta. Por otra parte, al finalizar la presentación, Roser una de las anfitrionas de CACIS me sorprendió con una mini entrevista, pero que estuvo muy bien, para contar y conversar con el público sobre el trabajo, el proceso de creación y algunos comentarios generales sobre como trabajamos en danza contemporánea.

¿Cómo siguió el trabajo? Para investigar la vuelta a Montevideo fue dura, me faltaba espacio y silencio. De todas formas luego de unos días de adaptación, retome la partitura creada, intentándola profundizarla. Elaboré un nuevo montaje, esta vez ya no bailaría en las canteras sino que tenía la Sala de Conferencias del Teatro Solis y la función estaba en marcada en un ciclo de solos (Solos al mediodía). La partitura fue muy similar a la de CACIS, apenas fue mejorada pero la puesta tenía que cambiar. Es así que me compré tres sillas y las pinte de rojo, inspirada en aquella instalación del artista indio y conseguí prestado un atril como de artista plástico para escribir mis palabras escénicamente.

La presentación escénica en Montevidoe se realizó al medio día, con luz natural al igual que en CACIS. Y otra decisión que tome fue abrir las ventanas para que el sonido del solo, sea precisamente el sonido de la ciudad. Todas esas fueron herencias de la residencia. En el medio fue muy bien recibida la performance, con la recepción de buena cantidad de públcio y muy buenos feedbacks. Ahora actualmente estoy pensando como realizar nuevas presentaciones, en dónde, para quienes, etc. 




Julio, 2013.

Agradezco las traducciones
 y las esclarecedoras reflexiones
 de Daniela Barbeito para
 escribir el siguiente artículo.


Movimiento e improvisación.
Relato de 4 meses de exploración.



“Cierran las barreras, saben entonces que nadie atreve-
sará la vía: no se sigue de ello que puedan predecir que
la atravesrán cuando ustedes abrán”
Henri Bergson.



Introducción.

En el 2013 por alguna razón muy larga de explicar aquí, me decidí a llevar adelante un proyecto que abordara la temática de técnica e improvisación en danza contemporánea.  El proyecto es bastante amplio, pero principalmente consiste en realizar cursos de formación intensiva en el extranjero, series de laboratorios de investigación individuales y  con colegas con experiencia en la temática. Hasta el momento además de tomar cursos intensivos en Argentina, convoqué en marzo  a algunas poquitas colegas y amigas cercanas para trabajar en modalidad de laboratorio en la ciudad de Montevideo. Algunas no pudieron y a otras pensé en llamarlas cuando estuviera todo más avanzado,  lo que sucedió finalmente es que si bien tuvimos visitas puntuales nos quedamos trabajando cuatro improvisadoras regularmente, una vez por semana de fines de marzo a junio inclusive. El siguiente texto pretende describir, sistematizar parte del proceso llevado a cabo en los mencionados laboratorios.

Sí, el marco  de los encuentros ya estaba ¿y ahora qué?, me preguntaba. Yo no quería guiar los laboratorios tampoco quería que se fueran para cualquier lado, me propuse entonces simplemente trabajarlos. Guiar o no guiar,  es en este punto que  me encontré con una de las primeras dualidades, una de  las tantas  que luego siguieron apareciendo en  gran parte de la exploración. El proceso estuvo plagado de falsas dicotomías, formas de mirar occidentales no siempre muy esclarecedoras cuando por ejemplo trabajamos con conceptos como la percepción, que es por definición múltiple. Sin embargo,  luego de realizar un curso[1] con la filósofa y bailarina francesa Marie Bardet[2] , tomé de allí algo muy valioso para re pensar las dualidades que es sustituirlas por el concepto de “al mismo tiempo”.


Sensación y movimiento como coexistentes.

Luego del marco, del guiar y no guiar al mismo tiempo, empezamos  y manos en la masa comenzamos a profundizar en los conceptos de sensación, percepción y movimiento. Hallamos que para nosotras las sensaciones siempre están, la percepción la atribuimos al acto de llevar la atención  a la sensación, es decir que la sensación está siempre antes de la percepción y esta última  ya es una actividad, un  movimiento.  Asimismo otro teórico francés: Michel Bernard, plantea la presencia de la actividad aún antes,  ya que toda sensación implica una acción de resentir. Bernard distingue cuatro quiasmas sensoriales, el primero es el Intrasensorial, el cual define como: “Imanente al funcionamiento de cada organo. Designa el hecho paradojal de ser a la vez y manera reversible, activo y pasivo. Es decir, por ejemplo: veedor-visto, tocante-tocado, escuchante-escuchado”.[3]  Toco al mismo tiempo que soy tocado, las distancias  entre sensación y movimiento se acortan. Proponemos concebir la sensación y el movimiento no como dos polos opuestos y separados, sino como polos coexistentes unidos por una continuidad matizada.

En el trabajo en  laboratorios trabajamos específicamente las ficticias dicotomías planteadas en el párrafo anterior: sensación – movimiento, actividad – pasividad,  con el ejercicio de hacer y atestiguar. Dicho ejercicio y sus variantes plantea, una o varias personas en el rol activo de hacer y una o varias personas en el rol pasivo de atestiguar. Al profundizar el ejercicio pudimos observar en la experiencia como el hacer y el atestiguar coexisten todo el tiempo y  muchas veces se acercan  muchísimo. También observamos la diferencia del cambio de estado entre el rol de hacer y atestiguar, si bien trabajamos con los matices existentes entre uno y otro rol,  observamos que en el rol de hacer el auto juzgamiento tenia un rol más predominante que en el rol de atestiguar. De todas formas entrenarlo,  trabajar los matices y reconocer la coexistencia y muchas veces la aproximación entre ambos, nos permitió suavizar el cambio de estado entre un rol y otro.  Bardet  respecto a dicha aproximación señala: “Si mi sensación tal como mi acción son movimientos, estremecimientos, dos distancias que eran frecuentemente distinguidas se aproximan: percibir y actuar, pasividad y actividad, pasado y futuro, en tanto inmediatos participan de mi presente”. [4]

Si bien coexisten en nuestro presente la actividad y la pasividad, podemos llevar nuestro foco más hacia la actividad o más hacia la pasividad. En los laboratorios trabajamos con el concepto de degrade y matices entre lo activo y lo pasivo, asimismo con un planteo similar, el filósofo francés Henri Bergson plantea una diferencia de dirección y  grado entre actividad y pasividad.  Bardet retoma dicho autor y plantea:
“Bergson no busca definir los movimientos  del cuerpo como una danza, pero efectúa un gesto filosófico fuerte al conceder la misma naturaleza  a la percepción  y a la acción (…) no ver entre percibir y actuar  una diferencia de naturaleza sino una diferencia de dirección, como una declinación del grado, es completamente primordial”[5].

Por lo planteado anteriormente  sensación y movimiento coexisten, y hay una diferencia de matices, grados o dirección entre ellas.  Puedo ir de la sensación al movimiento de forma gradual, paso por paso, matiz por matiz o puedo proponer una aceleración y pasar de la sensación al movimiento o viceversa, en un solo paso. De esta forma, conceptualizamos los dos polos de sensación y movimiento,  pasividad y actividad unidos por una continuidad. Creo pertinente plantear la siguiente interrogante ¿tal continuidad es necesaria? o ¿puedo realizar saltos para llegar de la actividad a la pasividad  y viceversa? Tal vez no sea la imagen de “tunning” la más indicada, ni la de  degrade, sino que tal vez sea posible realizar saltos entre un matiz y otro. Dicha interrogante queda planteada para futuras exploraciones y seguramente otras disciplinas como las científicas tengan mucho para decir al respecto.

Cap XIV.

“Combinar movimientos-sensaciones y movimientos-acciones, sentir y moverse, escuchar-leer y actuar, tal podría ser una primera manera de decir lo que sucede en una danza[6]. En este sentido, y por lo planteado anteriormente,  podemos decir que nuestras danzas se basan en los entres, en las combinaciones  y la coexistencia entre la percepción y la acción. Sin embargo siempre estamos percibiendo al mismo tiempo que actuando, entonces ¿cuál es la naturaleza específica de una danza?, ¿qué es lo que delimita el inicio de una danza?, ¿simplemente llevar la atención a estas combinaciones?, ¿o decidir empezarla?, ¿cómo puedo provocar el inicio de una danza?, ¿cuándo como espectador podemos identificar el comienzo de una danza?

En los laboratorios relevamos que las performers individualmente utilizaban auto indicaciones para comenzar en las improvisaciones grupales, por ejemplo: estoy acá, ya empecé, voy[7]Sin embargo, al practicar los inicios, observamos muchas veces una brecha entre la decisión de comenzar y el verdadero inicio, “nos sucedía que una cosa es decidir empezar y otra realmente empezar”[8]. Comenzar, estar realmente adentro de una improvisación corresponde más a un estado que a una decisión. Un estado concebido como un proceso de apertura a las conexiones internas  al mismo tiempo que a las conexiones externas, con la intención de develar, de hacer aparecer lo ya existente. En las improvisaciones nos proponemos hacer emerger y evidenciar algunas   relaciones que nos interesan, “no se trata tanto de la voluntad de decir blablablá, sino del hecho que quiero que ese blablablá salga’’[9].

Es difícil justificar porque es uno y no otro el inicio, parecería que está más en el orden de lo esencial. Me atrevería a decir que un inicio es un corte ficticio,  una marca subjetiva en un devenir que está sucediendo. Una marca realizada en tiempo presente muy influenciada por el pasado y mirando hacia el futuro.  De la misma manera también el final es una marca arbitraria, el mismo puede decantar del desarrollo de la improvisación o puede interrumpirlo de manera compositiva, y es así que el fin es otra marca subjetiva en el devenir. Dichas marcas de comienzo y fin son construidas por varias otras marcas o por  procesos, en un laboratorio surgía: “Para decir un final no es una señal, son varias señales. Hubo muchos finales pero hay un final que se construye con varias cosas[10].

Asimismo al realizar estas dos marcas en el devenir (principio y final), estamos encuadrando el desarrollo de la improvisación. Cuando estábamos trabajando esta temática en los laboratorios  observamos que la exploración había cambiado de fase, es decir,   en la primera fase nos ocupamos de generar más libertad, de agrandar el rango de posibilidades del movimiento, así como  profundizar en el estado para improvisar., pero luego, nos preguntamos ¿que hacer con todo esto?, ¿que hacer con lo que aparece, surge, emerge? Empezamos entonces a intentar hablar sobre lo que sucedía en el desarrollo de las improvisaciones, sobre todo desde el rol de espectadora. Y en esto de intentar hablar, surgían desde la palabra principalmente dos grupos de conceptos, uno el de las indicaciones como pueden ser: comienza, exagerar, transformar, etc. y  el otro el  de las imágenes como pueden ser: una flor en el negro, pileta libre, etc.

Es así que iniciamos el trabajo con partituras/estructuras, que son como  una receta de las improvisaciones, si en formato receta de cocina las estructuras/partituras plantean algunos puntos en el desarrollo de la improvisación. Por ejemplo, un partitura/estructura realizada en el laboratorio: Pausa / Todas sobre los dedos de los pies / Todas buscamos algo / La tierra gira / Un solo / 5,6,7 y 8 / Explosión / Una pregunta / Dar una mano / Rasgar / El otoño[11]. Así como la partitura/estructura permite realizar algunas marcas en el desarrollo de la improvisación, y potencialmente permite tejer el desarrollo de la improvisación, está en las manos de su creador que tan abierta o que tan cerrada sea. Es decir, puedo tener una estructura muy cerrada, y de esa forma cualquier grupo de performer la va a interpretar de manera similar, o puedo tener una partitura muy abierta en donde los performers tengan mucho espacio en el campo de la interpretación y el resultado sea siempre diferente para diferentes personas o en diferentes momentos. O puedo tener (para mi las más interesantes) una partitura cerrada y abierta al mismo tiempo, con algunos puntos más cerrados como por ejemplo: “pausa” y otros más abiertos como por ejemplo: “un baño de sol”.

Asimismo las partitura/estructuras, a través de su contenido,  tienen la capacidad de iluminar e influir en nuestra percepción y su composición, y por sobre todo tienen la capacidad de ofrecer un marco para generar nuevas composiciones en conjunto. Ahora bien, así como la herramienta de la partitura/estructura nos permite tejer el desarrollo de la improvisación también nos puede ayudar con el registro de la misma. Es decir, hacer el camino inverso, realizo una danza y luego construyó la partitura/estructura de la misma a modo de registro. Puedo jugar con estas direcciones como herramienta metodológica, danza-partitura o partitura-danza, o incluso danza-partitura-danza, etc. 

Hay varios improvisadores de trayectoria, que han realizado estructuras/partituras de sus trabajos de improvisación y muchas ellas son realizadas en grupo de bailarines frecuentemente, es decir  hay algunas partituras famosas que son practicadas por grupos de personas, generalemente en conjunto. Es el caso por ejemplo del  Underscore, que  es una partitura creada por  Nancy Stark Smith[12] a partir de la observación de sucesivos encuentros de improvisación de danza de contacto (“jams”), la cual guía a los bailarines a través de varios estados cambiantes, otro ejemplo es  del Tuning Score creado por de Lisa Nelson, el cual se basa en herramientas similares a la de una cámara (play, rew, ff, pause, etc.); ambas son practicadas por grupos de bailarines en diferentes partes del mundo.


Buscando un final.

Llegando al final del los cuatro meses de realización de los laboratorios de investigación me pregunté ¿como sacar a la luz el material trabajado? Una primera estrategia para ello, es la redacción de este artículo, la cuál evalúo positivamente en tanto me permitió describir y sistematizar parte de lo explorado en los laboratorios, plantear y profundizar algunos de los conceptos trabajados, así como vincularlos e iluminarlos por algunos teóricos (principalmente por los filósofos franceses antes citados). Por otra parte considero que otra buena forma de compartir este material es con su presentación escénica,  me parece válido producir dispositivos escénicos que permitan compartir al mismo tiempo que profundizar parte del material trabajado. Producir dichos dispositivos puede ser el eje de una futura etapa de laboratorios el cual se base en trabajar el movimiento y  la improvisación para la escena.





[1] “Problemas teóricos – prácticos de la improvisación entre presente, presencia y presentación”. Curso realizado en el marco de la VII Jornada de Investigación del Instituto Universitrio Nacional de Arte (IUNA), Buenos Aires, Argentina. Del 6 al 10 de mayo del 2013.
[2] Marie Bardet es doctora en filosofía por la Universidad Paris 8 y en ciencias sociales por la UBA. Desde el inicio de sus estudios, entrelaza su formación universitaria en filosofía contermporánea y estética, con la de improvisación en danza y técnicas somáticas.
[3] Bernanrd, Michel. De la création chorégraphique. Centre nacional de danse,  Paris, 2001. p 90.
[4] *Bardet, Marie. Pensar con mover. Un encuentro entre danza y filosofía, Cactus, Bs. As. 2012, p.148.
[5] Ibid., p.150.
[6] Ibid, p.151
[7] Nota de laboratorio de investigación  TI, 12 de abril.
[8] Ibid.
[9] Bardet retoma a Alexander, en: Bardet, Marie. Pensar con mover. Un encuentro entre danza y filosofía, Cactus, Bs. As. 2012, p.148

[10] Nota de laboratorio de investigación TI, 24 de mayo.
[11] Nota de laborartorio TI, 14 de junio.
[12] Nancy Stark Smith es bailarina, docente y performer. En 1972 baila en las primeras performances de Contact Improvisation junto a Steve Paxton en Nueva York, y desde ahí es central en el desarrollo de la danza de contacto. 
  





                                                                         ANTEPROYECTO  
(Invierno 2012)


Fragmento sobre propuesta de trabajo para los laboratorios de improvisación. 

El laboratorio de Investigación se constituye como un espacio de estudio que tiene como objetivo la profundización y el desarrollo de la técnica e improvisación. Para dicho cometido establece en principio algunas categorías de análisis que describiremos a continuación. Según Alito Alessi[1] los elementos centrales en  improvisación se agrupan en cuatro grandes categorías: sensación, relación, tiempo y diseño. De este modo afirma:
“Las sensaciones nos vinculan a nuestro cuerpo y nos conectan al presente. Las relaciones  nos conectan a los otros: nosotros influenciamos al resto y ellos influyen en nosotros. Explorar el tiempo nos permite sentir la sabiduría presente de nuestro cuerpo dejando de lado los hábitos del pasado. El diseño surge de manera espontánea cuando estamos conscientes de la sensación, de la relación y del tiempo”

Tomando como base y enriqueciendo el planteo de Alessi,  el Laboratorio de Investigación se focaliza en un principio en:
  
·         El análisis del movimiento individual. Trabajando  la profundización en las  posibilidades de movimiento, las calidades, la percepción, el  reconocimiento e inhibición de hábitos, diferentes orígenes del movimiento, impulsos de movimiento, etc.

·         El estudio del movimiento en relación al otro. Analizaremos la percepción externa, los diferentes vínculos posibles entre al menos dos,  como  por ejemplo: causa y efecto, guiar y seguir, interpretar, imitar, coexistir, etc. Incorporaremos las categorías de relación sistematizadas por Nancy Stark Smith[2] en su práctica “Underscore”[3], las mismas son: coincidencia, atracción, repulsión, confluencia, divergencia, intersección, colisión, contraste, influencia y empatía.

·         La exploración de la percepción del tiempo individualmente y el tiempo en las relaciones. El reconocimiento y el juego entre el pasado, presente  y futuro. Practicaremos la manipulación del tiempo y la temporalidad de los movimientos individuales y las improvisaciones colectivas.

·         La variabilidad y la importancia del espacio.  Investigaremos el uso del espacio, su orden, patrones, su relatividad y las diversas posibilidades para su transformación.

·         Estrategias para la composición y el diseño en la improvisación. Estudiaremos los marcos, las estructuras, partituras, etc. que permitan habilitar el diseño y la composición en la danza de  improvisación. No con el cometido de que la improvisación sea  insumo para crear coreografías, sino para que sea escénica por si misma. Al respecto Hamilton[4] afirma:
“Con el trabajo de improvisación la audiencia está mirando el descubrimiento, las decisiones y su ejecución, todo al mismo tiempo. Esto trae mucha energía y vitalidad a la situación, puede ser muy estimulante” (Hamilton, Julyen).




[1]Bailarín, coreógrafo y docente. Es el creador de la metodología de danza inclusiva: DanceAbility.Por más información ver: www.danceability.com
[2] Nancy Stark Smith es bailarina, docente, performer.  En 1972 baila en  las primeras performances de Contact Improvisation junto a Steve Paxton en en Nueva York, y desde ahí es central en el desarrollo de la danza de contacto.  En el año 1975 co-funda Contact Quarterly, una revista de danza e improvisación, la cual continua co-editando, produciendo y publicando
[3] El Underscore es un marco para la improvisación en danza desarrollado por Nancy Stark Smith en los comienzos de los '90. Es una partitura que guía a los bailarines a través de sucesivos estados cambiantes.
[4] Performer, improvisador y coreógrafo. Por más info ver: www.julyenhamilton.com

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